Los diferentes cambios durante el climaterio.
Como ya os comenté que este mes aprenderíamos a gestionar todos aquellos signos y síntomas que aparecen durante el climaterio y la menopausia… ¿Estás lista?
En primer lugar, cabe decir que existe un momento en la vida de toda mujer en que no sabes bien el porqué, pero de repente, empiezas a notar cambios en tu cuerpo. Son cambios sutiles que no sabes asociarlos a ninguna causa externa y poco a poco se van instaurando sin pedir permiso. En este momento nos solemos preguntar…
¿Debo estar menopáusica? Deja que te cuente.
El Climaterio o Síndrome Climatérico es una etapa fisiológica en la mujer que se caracteriza por la aparición de una serie de signos y síntomas (cambios morfológicos, funcionales y psicológicos). Dichos síntomas son derivados del cese de la función ovárica.
Los efectos del cese de la función ovárica, son diferentes para cada mujer. Las necesidades terapéutico-preventivas variaran en función del tiempo transcurrido, sensación personal y entorno.
¿Qué cambios puedo notar durante el climaterio?
Cambios en la anatomía genital.
Atrofia ovárica, disminución del tamaño uterino, atrofia de la mucosa vaginal, reabsorción parcial de los labios menores de la vulva o pérdida del tono muscular del suelo pélvico.
Cambios físicos.
Aspecto matronal del rostro, cuello y parte superior del tronco, alteración en la distribución del vello (aparición de vello en el mentón y/o labio superior), voz más grave, reducción del tamaño y consistencia de las mamas, sequedad en piel y mucosas o redistribución del tejido adiposo.
Cambios funcionales.
Inestabilidad vasomotora que dará lugar al rubor facial y sofocos, disminuye la acción de la parathormona (PTH) dando lugar a la descalcificación y posibles problemas de osteoporosis en un futuro, aumento del riesgo de sufrir enfermedades cardio-vasculares por la pérdida de la acción protectora de los estrógenos (hipertensión, hipercolesterolemia, etc), alteraciones del ciclo menstrual, molestias durante la penetración (dispareunia), mayor riesgo de infección vesico-urinaria, incontinencia urinaria o disminución del gasto energético en reposo.
Cambios emocionales.
Depresión, irritabilidad, insomnio, palpitaciones o disminución de la lívido.
¿Hasta aquí todo bien?
Ten en cuenta que, cuando hacemos educación sanitaria se habla de máximos y ponemos sobre la mesa todo aquello que puede acompañar a un estado fisiológico concreto. Aunque, no quiere decir que nos vaya a ocurrir absolutamente todo lo descrito.
Cada mujer merece un análisis personalizado de su estado de salud y una adaptación de las pautas sanitarias a seguir, que estén encaminadas a la mejoría de signos y síntomas teniendo una visión integral de la persona.
Deja que te ayude en tu proceso de adaptación… ¡Entender los cambios es clave para autogestionar nuestra salud correctamente! Para cualquier duda, me tienes disponible pinchando aquí. 😉